Teatro en Cazorla
Desde la butaca
“Poncia”
David Gómez Frías
Marco: Festival de Teatro de Cazorla. Ciclo: Sala. Fecha: 18 de octubre de 2024. Escenario: Teatro de La Merced. Obra: “Poncia”. Reparto: Lolita Flores. Autor y director: Luis Luque. Producción: Teatro Español y Pentación Espectáculos.
“Me callé, nos callamos, hasta
hoy”, dice Poncia al inicio de su momento estelar. Todo lo demás ha sido
silencio hasta que se da por llegado el momento en el que la boca no puede
callar más, hasta que rompe el alma su condición de callada y rasga el
hermético pecho para liberar las palabras, hasta que un grito desgarra las
ventanas y rompe la hermética casa donde enmudecen tantos secretos. Ya no puede
haber más silencio en la garganta de quien no debe hablar, de quien no debería
si quiera conocer los secretos de la sangre, del amor o del odio, pero Poncia
lo sabe todo. Ese es el tormento de una mujer fuerte, una mujer que ha visto la
sangre joven desperdiciada, el amor joven y poderoso como el viento caer herido
de muerte por la envidia, el odio viejo enquistarse en los corazones. Ya no
puede haber silencio entre las paredes y las ventanas de la casa. Bernarda
impone el luto de la vergüenza a las hijas que viven. La muerta, Adela, es ya
ceniza y hay que callarla para que no vuele por las calles la vergüenza. Hay
que dar muerte a Pepe “el Romano” aunque el plomo no le alcance, para callar la
vergüenza. Y no ha de haber lágrimas, evitar el llanto es callarlo, silenciar
la pena. Pero Poncia no puede callar, ella es ese conflicto que retuerce y
enlaza el silencio con la palabra. Cómo callar el trino de un pájaro joven,
cómo silenciar el odio que empuja al suicidio, cómo no aventar los secretos de
las almas sucios por la envidia y la venganza. Poncia no puede someter las
palabras y contenerlas en el interior de la casa, porque le hierven como un
desgarro en el armazón del pecho, le supuran y suplican abrir los barrotes
impuestos. Las palabras deben salir para liberar el alma o romperla
definitivamente. Nunca el silencio ha sido un alivio para el pecho que no
cicatriza. Este ha sido el contexto que nos han traído a Cazorla esta ”Poncia”
de Lolita Flores y Luis Luque. Un argumento que pudiera firmar el mismo
Federico García Lorca si en su silencio de tumba ausente pudiera liberar las
palabras. Y en este contexto, con este argumento, Lolita es una estrella oscura
que lo ilumina todo. De ella emerge la voz, en su pecho se rasga la verdad de
la palabra, su alma es ese pergamino que ya no callará por los tiempos de los tiempos.
Este maravilloso ejercicio de interpretación es ya un bullicio permanente que
siembra en la memoria de los amantes teatrales la razón, la pasión por este
arte de la escena. Lolita Flores, en esta Poncia, solicita y se le concede el
sello de lo eterno, conmovedor y apasionado que tiene la interpretación, la
vida de su personaje. Mas es de rigor sentir admiración por el texto que da la
voz y la vida a Poncia. Luis Luque pone en Lolita un espíritu que necesita
abrirse el pecho para que entre el aire o salgan las palabras. Esta unión, de
Lolita Flores y Luis Luque, se convierte en asombro y admiración para quienes
hemos tenido y tendrán la suerte de ocupar una butaca del teatro, cuando Poncia
abra la boca para no volver a dejar el alma en silencio. Podemos añadir, como
un ingrediente tan valioso como el personaje, la intérprete, el autor y
director, la poética presencia de la luz y su escenografía. Un conjunto
íntegro, un regalo para el público, para la memoria de Lorca y para el arte del
teatro.
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