Desde la butaca “Malditas plumas”
David Gómez Frías
Marco: Festival Internacional de Teatro de Cazorla. Ciclo: Sala. Fecha: 4 de diciembre de 2021. Escenario: Teatro de La Merced. Obra: “Malditas plumas.”. Autoría,
Dirección e Interpretación: Sol Picó. Dirección
y composición musical: Aurora Bouzá, Pere Jou (Teleman Rec.).
A qué verdad nos enfrentamos
cuando los sueños personales encuentran obstáculos surgidos de la falta de
empatía humana. La burla se convierte en un juicio extremadamente destructivo
que empuja a los soñadores a doblar las rodillas y rendirse, o a luchar por
encima de realidades que se muestran contrarias a los objetivos que contienen
nuestros sueños. Esta es la primera lectura que el público puede sacar de la
exposición emotiva que supone asistir al espectáculo de danza “Malditas
plumas”. Una primera lectura que asocia las vivencias de un sueño particular con el argumento general de
los sueños que nos hacen caminar hacia delante. La sociedad se encargará de
marcar los límites, de subrayar los infinitos porqués que retumbarán en los
huecos oscuros de nuestras voces interiores. Sol Picó, desde el enjambre de su
vocabulario corporal, narra la lucha individual, describe el factor de
superación por el que alguien decide quedarse y ser nadie, o sentir el dolor
físico y sentimental de quien opta por no rendirse y hacer florecer su sueño.
Es esta una primera lectura que nos acerca al tormento interior por el que un
cuerpo es empujado por el alma de quien siente la danza y busca, sobre su
cuerpo, la belleza de los cuerpos que se mueven para contar historias. Una
segunda lectura nos lleva a reconocer, en la historia de su protagonista, la
verdad intrínseca de quien ha madurado saboreando lo bello y visualmente
tangible del movimiento. Entonces se llega al momento en el que el cuerpo se
convierte en sabiduría de movimientos. El cuerpo traduce la exposición del alma
que recorre los contenidos de la danza que se sustentan en los más bellos
ejemplos de las estrellas inolvidables del arte del Cabaret y la Revista. Y Sol
Picó tiene ese brillo del conocimiento, su cuerpo se rige por los dictados de
la experiencia y toca el alma del público con ramilletes de un lenguaje
corporal cercano y sofisticado. La tercera lectura asume la presencia de lo
decadente. La estrella que alcanzó su brillo contra el pronóstico general de
contradicción cede, la edad y la fuerza vital anuncian su abandono, ante la
inquebrantable posición del tiempo. Se coquetea con la muerte, se abraza la
posibilidad del miedo, la juventud se transforma en temblor cuando la luz de la
estrella amenaza con hacerse lejana. La espalda ya no soporta el liviano peso
espectacular de las plumas, “Malditas plumas” que fueron argumento de un sueño
y son, arrinconadas en la degradación, un estandarte de la memoria gloriosa,
herida ya y decadente. Pero, en el caso de analizar simplemente un espectáculo
de danza, podemos tratar este trabajo de Sol Picó como un enjambre de
emociones. “Malditas plumas” nos lleva a la dulzura del cuerpo que habla, nos
cuenta desde la simpatía una manera de amar la danza que supera los límites de
la edad marcada por el paso del tiempo, nos alcanza en nuestras butacas con
satírica frescura y nos dice que en el lenguaje de los cuerpos que cuentan
historias también hay espacio para la risa. “Malditas plumas” es un caprichoso
ejercicio del movimiento que altera el cómodo bienestar del público. Sol Picó,
su cuerpo, su experiencia, se convierte en la alquimista capaz de traducir y
dictar la longitud de un alma que se mueve. Es en ese movimiento donde Sol Picó
encuentra su premio.
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