Las dudas de la razón
David Gómez Frías
Marco:
Festival Internacional de Teatro de Cazorla. Ciclo:
Sala. Fecha: 30 de
noviembre. Escenario:
Teatro de La Merced. Obra:
“Extremities”. Autor:
William Mastrosimone. Producida por:
Nexus Producciones. Reparto:
Isabel Pintor, Juan Antonio Molina, Sara Illán, Débora Izaguirre.
Versión y Dirección:
Pedro Casablanc.
A una buena obra de
teatro se le debe exigir un texto con gran valor literario, una
dirección a la altura de las circunstancias, un equipo técnico
creativo que sobrevalore el espectáculo y un cuerpo de actores
camaleónicos, capaces de soportar sobre su trabajo el peso frente al
público del conjunto. La versión de “Extremities” presentada
por Nexus Producciones tan sólo pierde fuerza en la calidad
literaria del texto. No es un error negar que no la tiene, sin
embargo posee una fuerza contenida capaz de propiciar un resultado
óptimo dependiendo siempre del resto de requisitos exigibles para el
éxito. La dirección de Pedro Casablanc roza la perfección,
acompañada de una versión muy acertada que actualiza el texto para,
al margen siempre actual de la razón primera de su argumento, hacer
creíble la historia treinta años después de su redacción, con
detalles, giros y registros que otorgan vigencia a un texto que, de
lo contrario, habría quedado anclado en su época pasada. El apoyo
técnico pasa por ser adecuado a la historia que hay sobre el
escenario, sin estridencias musicales y con una iluminación sencilla
la mayor parte del tiempo, jugando en ocasiones con participaciones
breves y precisas en los momentos de mayor tensión, favoreciendo así
la atmosfera desgarrada y violenta de ciertas escenas. Y los actores,
donde encontramos el mayor acierto de este montaje, por cuya
experiencia y excelente trabajo pasa el gran peso de la obra,
justificando por ellos mismos un resultado que certifica el buen
teatro. Sobre Isabel Pintor (Farla) cae el peso del personaje
principal en el que se descubren las reacciones animales a
situaciones involuntarias de extrema violencia, un personaje cuya
fuerza radica en la reacción ante un ataque injustificado a la
integridad del ser humano, un personaje dominado sin fisuras por la
actriz que lo encarna. Juan Antonio Molina (Jaco) cierra el
paréntesis visceral con el personaje anterior, representando la
antítesis del equilibrio emocional y mostrando un personaje
esquizofrénico y violento capaz de llevar al público a enfrentarse
a la duda que se origina cuando el agresor es agredido, un personaje
necesitado de la loca vitalidad que Molina inyecta en su trabajo.
Sara Illán (Coca) viste un personaje con cierta debilidad emocional
que esconde el sangrante secreto de ser una victima real de violación
que, por comodidad social, oculta y devora como una amarga pesadilla,
un personaje que precisa de la inocencia que Illán alcanza en su
trabajo con la facilidad de las buenas actrices. Débora Izaguirre
(Patricia) es la cordura, el equilibrio, la razón humana frente a la
posibilidad animal, el ingrediente que frena la locura y devuelve
cierta lucidez a la víctima-torturador frente al agresor torturado,
un trabajo preciso y exquisitamente medido. Y por estas y otras
razones de menor tamaño, es necesario reconocer el buen teatro
nacido de la presente versión de “Extremities”. Un resultado
final que lleva al público a involucrarse no tanto en la razón
argumental, sino en la exposición magistral que de ella hacen los
actores que se exponen en el escenario.
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