El
aliento de las marionetas
David Gómez Frías
Marco:
Festival Internacional de Teatro de Cazorla. Ciclo:
Teatrino. Fecha: 7 de
noviembre. Escenario:
Teatro de La Merced. Obra:
“Peneque el Valiente”. Compañía:
Miguel Pino. Actor:
Miguel Pino. Personajes:
profesor, rey, pirata, dragón, princesa y Peneque. Dirección:
Miguel Pino.
Peneque el Valiente nos
presenta una historia sencilla, un argumento facilón y acostumbrado
en las representaciones de marionetas. Un castillo con su despistado
rey, una princesa bobalicona, un malo pirata con una mascota
draconiana que da miedo, un profesor chiflado y un héroe valiente
con su garrote y su pasión por el mamporrazo para solucionar los
problemas. Y con estos personajes está servido: un pirata malvado
rapta a la princesa bobalicona, encerrándola en la bodega de su
barco mientras su padre, el despistado rey, reúne el rescate
solicitado e implora la ayuda del héroe más aclamado del reino.
Peneque es el encargado de rescatar a la princesa y de repartir los
golpes merecidos al pirata Caratuerta, que así se llama el malo, y a
su temido dragón verde. Y, para no romper con la costumbre de casi
todos los teatros de marionetas, los buenos siempre ganan y los malos
acaban molidos a palos. Nada extraordinario en la historia, al
contrario, clama al cielo por su sencillez y su pobreza. Entonces,
cabe preguntarse de donde viene el éxito que, una función tras
otra, cosechan estos personajillos casi de trapo. De donde surge la
magia con la que se llega a conquistar el ánimo y la voz en grito de
una chiquillería volcada en la participación. Quizá ahí esté la
respuesta, en el reclamo a la participación, en la llamada que se
hace a los infantiles para formar parte de algo de lo que,
ingenuamente, se les hace creer que forman parte. Esa parte,
trabajada, manipulada con toda su intención resulta ser la fuente de
donde mana el éxito de un teatro de marionetas. Cuando se descubre
el secreto que lleva a la compenetración, interrelación entre el
público (los niños y niñas en este caso) y los actores (las
marionetas que nos ocupan) el éxito se garantiza. No importa el
argumento, la reacción infantil y visceral lleva a exposiciones
primarias de aceptación del bueno y rechazo del malo. Así de
sencillo. Este es el valor de una marioneta como Peneque valiente y
repartidora de justicia. Semejante en resultados al héroe popular y
televisivo “El Tío de la Vara”, tal vez por el método de
persuasión que emplea una y otra vez hasta lograr su objetivo.
Peneque es una marioneta sencilla, con cuerpo vacío y de tela, con
una cabeza exagerada en volumen y rasgos faciales, como todas las
marionetas, y vive una historia aún más sencilla, pero el palpitar
de su corazón lo empuja el aliento que surge del torrente infantil
que responde a su reclamo.
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