La reivindicación local
Festival internacional de Teatro de Cazorla. 15 de octubre. Teatro de La Merced.
“Romper el círculo” de José Luis Ríos Jorquera. Compañía Lasman-tenidas (Madrid).
Reparto: Ana Vilches (la abuela), Nerea Gómez (la Goya), Laura Alcocer (Goyita), Vanesa Caballero (la Asún.
Dirección, escenografía y vestuario: Elena Lázaro
David Gómez Frías
Si atendemos a las siglas que definen este festival de teatro podríamos llegar al error de aceptar su carácter internacional, en perjuicio siempre, por menos valorado, de la creación local, como una identidad que cierra puertas. No ha sido así en ediciones anteriores con muestras de trabajos cuyo resultado premia el hacer artístico de Cazorla. Y es esta edición la que está marcando un paso hacia delante otorgando el grado de “profetas en su tierra” a creadores dispares. Lo ha sido en el teatro de calle Christophe Berville y lo ha sido en el inicio del programa de sala José Luis Ríos Jorquera con un estreno, “Romper el círculo”, que lleva en su reparto el protagonismo indiscutible de la, también cazorleña, actriz Ana Vilches. Pero ¿fue aplaudido con éxito un producto por su carácter local o, más bien, fue aplaudido el resultado final de un buen producto?. Cualquier erudito de la crítica teatral se las ingeniaría para desarrollar una tesis incomprensiva, casi siempre en contra, de lo que puede entenderse como producto de teatro actual. Lo cierto es que Ríos Jorquera presentó un texto fresco, dinámico, con bastante jugo para el trabajo actoral. Un texto sin adornos teóricos ni retorcidas composiciones escénicas, capaces de confundir al espectador, sino llevadas a cabo con la necesaria narración de la historia. Porque “Romper el círculo” es una historia insignificante y cotidiana de una familia en un barrio de gran ciudad. Es una historia con gente de bajo nivel social y cultural que no necesita adornos técnicos teatrales para desarrollar su argumento y lograr, sin embargo, un alto valor escénico.
Culpa de lo dicho viene expuesto en el trabajo de dirección de Elena Lázaro, elevando la nota de un texto creado al uso de las mejores comedias de teatro. Como también es culpa del éxito el trabajo actoral: cuatro mujeres sobre las tablas equilibradas en su expresión, frente a personajes que parecen cortados a la medida de lo mucho que de ellas se puede extraer. No cabe duda que en cualquier obra de teatro hay personajes sobre los que recae el peso de la obra y no es “Romper el círculo” una excepción. Así el trabajo sobresaliente de Ana Vilches como “la Abuela” va parejo al peso de su personaje, pero no escapa a su buen hacer Laura Alcocer en el papel de adolescente atrapada en su ambiente social y perfecto paréntesis de peso escénico frente a la abuela. Como tampoco escapan a la buena nota Nerea Gómez en su papel de madre resignada capaz de aguantar el peso de una herencia familiar que se tambalea en el grosor de un hilo de algodón, o Vanesa Caballero, la tía Asún, que cierra el círculo vicioso en el que las generaciones esperan un milagro vital que lo rompa. No, al final del estreno no se aplaudió, por simpatía, un producto local sino un trabajo resultado de la experiencia, porque el buen teatro agrada y sorprende sin perder el tiempo etiquetándose.
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