Incertidumbre
Se me
acabaron las sombras permanentes
por las
que corre la vida en su sabiduría de silencio.
No
encontrarás bajo aquel reflejo
la
longitud terrestre de mis huesos,
como un
espejo donde quedan reunidos todos los muertos.
Están
mirando los ancianos en su crepúsculo
un
camino con el perfil de los que han llegado:
los
amigos, los hermanos, los cansados.
Mientras
tanto qué harías tú si mi corazón
suplicase
la suavidad de la niebla
como un
funcionario que prohíbe el descanso
de los
residuos en las macetas,
qué
harías tú que tantas veces me miras cuando estoy cansado
de
narraciones tan parecidas a todo lo esperado,
cuando
no cesa el hastío imperioso
de
marcarme partidario de tus quejas.
Dime
qué harías tú que, reunida en la propiedad de mi vida,
atardeces
sobre el borde cálido de los cuerpos,
resucitándome.
Esperándome.
Qué
harías tú con tanta noche perforándome los dedos.
De "Fracciones de los cristales inquietos" (2010)
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