Perfiles compatibles
David Gómez Frías
Marco: Festival Internacional de Teatro de Cazorla. Ciclo: Sala. Fecha: 18
de noviembre. Escenario: Teatro de
La Merced. Obra: “La puerta de al
lado”. Reparto: Silvia Marsó, Pablo
Chiapella. Música en directo: Litus Adaptación y Dirección: Sergi Peris-Mencheta. Autor: Fabrice Roger-Lacan. Compañía:
Producciones Barco Pirata.
La puerta de al lado es una obra del francés Fabrice Roger-Lacan,
que expone la relación de vecinos entre un director de marketing y una psicóloga.
Él vive inmerso en las relaciones sociales, trabaja para vender a la sociedad
los productos de una conocida marca de yogures. Ella no tiene mayores
relaciones más allá de las puramente profesionales con sus pacientes. El
resultado cocinará a fuego tenso la falta o el exceso de compatibilidad entre
los dos. Hasta este punto, La puerta de
al lado no es distinta a cualquier obra teatral que se precie, buscando
hasta lo irritante el enfrentamiento de sus protagonistas. Pero ¿qué hace
distinta esta historia y dónde encuentra su fuerza? A primera vista, debemos
comenzar elogiando el trabajo de adaptación y la dirección de Sergio
Peris-Mencheta, quien ha dado a su trabajo un aire de frescura más allá de la
actualidad que identifica al texto en sí. Propone, además, una solución
escénica que refuerza su carácter de maestro en lo que hace, así como la virtud
de visionario del conjunto de su trabajo. La solución técnica, escenografía e
iluminación, con la que se definen los tres ambientes principales (casa de
ella, casa de él y pasillo entre las dos) concede a este montaje una fuerza
relevante y protagonista. Asimismo, el directo en la narración y en los
detalles musicales, marcando a cada paso el tránsito entre cuadros, traza una
línea de frescura que quiebra el peso enfrentado de los diálogos.
Pero el gran
peso de todo montaje teatral debe ser puesto sobre los hombros del elenco que
da vida a la palabra o al movimiento. En este sentido, apoyados en la fuerza de
los diálogos de Roger-Lacan, en la trayectoria profesional de cada uno y en la
dirección que sobre ellos ejerce Peris-Mencheta, los dos actores del reparto
regalan un trabajo que alimenta la mejor exposición teatral. Él se auto considera
un triunfador en todos los sentidos, también entre las mujeres, pero se ve
ninguneado por los dardos afilados, que ella lanza desde la coraza contra
superficiales triunfadores que se ha autoimpuesto. Ella cree conocer a los
hombres más allá de la necesidad que su propia soledad y su carácter
profesionalizado le marcan. Y estos dos personajes toman cuerpo en Pablo
Chiapella y Silvia Marsó. A él se le reconoce perfeccionado en su trayectoria,
pero crecido y algo distinto frente a lo que ha hecho hasta ahora: un actor
enorme sin la comedia, pero cómodo en los diálogos que le llevan a su terreno.
A ella se le ve frente a un personaje y un papel duro, fuerte y contenida, en
un paso nuevo de confirmación de que su trabajo la sitúa entre las mejores
actrices de nuestro panorama teatral actual. Llegados al final, La puerta de al lado puede ser una nueva
historia que, por simplificar, lleva esto del amor, de la atracción, a un
previsible final feliz, pero, al margen de lo esperado, esta obra, con esta
dirección y estos actores, renueva en el público la inestable pasión por el
teatro.
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