jueves, 17 de noviembre de 2022


 

Desde la butaca

“La fábula de la ardilla”

Una lección de la naturaleza

David Gómez Frías


Marco: Festival Internacional de Teatro de Cazorla. Ciclo: Teatrino. Fecha: 15 de noviembre de 2022. Escenario: Teatro de La Merced. Obra: “La fábula de la ardilla”. Actores Erizo: Carles Pijuan o Ferrán López. Actores Ardilla: Emiliano Pardo o Enric Blasi. Músico: Pau Elías. Autoría: Jokin Oregi & La Faldufa: Enric Blasi, Emiliano Pardo, Carles Pijuan. Dirección: Jokin Oregi.

 

Al espíritu inquieto de los pequeños se le retiene y conquista con imaginación, pero no basta con creer que nuestra condición de adultos nos otorga ventajas frente a la capacidad infantil de comprender, aprender y hacer juicios. Para ofrecer a un niño un acto creativo no podemos construir sobre el prejuicio que resta inteligencia a su mente. Antes, por el contrario, un adulto debe lograr que su perspectiva creativa respete la simbología y representación del mundo infantil. No siendo así, no estando a la altura de lo complicado que resulta conquistar, llamar la atención, retener centrada en una historia la curiosidad infinita de los pequeños, cualquier cometido, cualquier creación que podamos ofrecerles perderá toda posibilidad de éxito. El único ingrediente que funciona para que un adulto se enfrente a la enorme tarea de captar la atención consciente de los niños se encuentra en la madurez del niño que todos llevamos dentro. La magia infantil no desaparece sino que se ahoga con la edad, se encierra en el pecho oscuro del adulto devorado por la velocidad de la vida. Despertar esa magia requiere recuperar nuestro espíritu infantil llevándolo al extremo de la necesidad vital. El cultivo y cuidado de esa magia infantil es el secreto de “La fábula de la ardilla”. Un secreto que capta y cuida la sensibilidad de los pequeños hasta llevarlos a ese rincón de la atracción que hace suya cualquier historia. “La fábula de la ardilla”, cuando pudiera parecer  algo absurdo, juega y construye lazos entre la sensibilidad, la imaginación y la riqueza ofrecida para aprender que en toda lección oculta hay resquicios de admiración y simpatía. Como su título indica, estamos ante una fábula sin texto humano pero enriquecida con el lenguaje del gesto y la identificación de los personajes, que tanto valor da a un montaje de teatro infantil. ”La fábula de la ardilla” es un pequeño tesoro, un regalo teatral capaz de llenar de pequeña magia el reducido tamaño de los corazones infantiles. Desde el inicio, su sencillez de argumento logra captar la atención de un público pequeño pero exigente. Al cabo, todo era pequeño, una historia insignificante narrada en el espacio que va de las raíces de un roble viejo, marcado por la llegada del otoño, hasta la altura de sus ramas. Una ardilla que recolecta los frutos que caen a su alcance y al alcance de otros. Un erizo ofendido por el descaro de la ardilla y preocupado por el bienestar de su familia. Hay también peligros expuestos en un lobo feroz y en la velocidad de los vehículos humanos. Hay situaciones desgraciadas y lecciones de vida que marcan el devenir de los personajes. Hay un piano y un músico que extrae de él la banda sonora de cada momento, de cada experiencia, del instante en el que la diferencia nos hace pensar que tal vez nos parecemos más de lo que estamos acostumbrados a admitir. “La fábula de la ardilla” es un ejercicio delicado y de respeto a la imaginación infantil, un regalo para el cultivo de lo teatral en el público pequeño.  

 

 

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