lunes, 3 de diciembre de 2012

Far West-Teatrino FIT Cazorla 2012


Carcajadas a tiros
David Gómez Frías

Festival internacional de Teatro de Cazorla. Ciclo: Teatrino. 28 de noviembre. Teatro de La Merced. “Far West”. Compañía Yllana. Actores: Antonio de la Fuente, César Maroto, Susana Cortés Rubén Hernández. Idea original y Dirección: Yllana.

Recuerdo el último montaje al que asistí de Yllana: “Zoo”. Recuerdo cómo la risa quedaba más que justificada y cómo sensación de estar pasándolo realmente bien en un montaje teatral ganó espacio sobre una crítica cualquiera. La asistencia a un nuevo espectáculo de esta compañía precisa de un concienzudo purgado de prejuicios. Se puede caer en el error de creer que siempre será lo mismo, que no es posible renovar y mejorar la visión cómica del teatro. Que una risa tan naturalmente lograda no puede superarse con otra de mayor calidad, siendo entonces cuando llegamos al extremo de equivocarnos con todas las letras que componen la expresión “te has perdido la mejor”. Porque, sin afirmar por desconocimiento, puede ser el objetivo de Yllana superar sin barroquismos cómicos aquellos trabajos que tanto éxito han dado a la compañía y tanta sesión de risoterapia en madejas han compartido con el público, podríamos identificar como fin último, sin miedo al equívoco, la superación permanente y obligada. No valen, por tanto, los prejuicios establecidos por la repetición. El humor que Yllana deja en nuestra memoria es una invitación impresa con la alegría garantizada de la carcajada. Cada historia, cada montaje se aleja de mudanzas que propician los paralelismos y la repetición, aunque el argumento se vea enriquecido con gagged reinterpretados y agradecidos desde la memoria de aquellos que los hemos disfrutado en ocasiones pasadas. Quizá por eso “Far West” no es el último montaje creado por Yllana, sino el montaje que ha escogido a Yllana para tomar vida, permitiendo a la compañía dejar en él su sello inconfundible de calidad. Far West es una del oeste al uso: chicos malos buscados como forajidos peligrosos, chico atontado y debilucho que tiene aquello que quieren los primeros, chica de armas tomar enamorada del chico bueno y heroína transformada por exigencia del guión. Nada que no se encuentre en baratas películas del género, apartadas ya de los circuitos televisivos. ¿De dónde surge entonces el éxito de este western descafeinado?. De Yllana como único ingrediente con el que se logra el sabor a risa natural, fresca carcajada alejada de la facilona grosería con la que se acaba por empachar el montaje. De sus actores equilibrados e identificados con la necesaria maestría que un argumento absurdo necesita, para llevarlo del tedio a la confortable sensación del buen teatro compartido. De su escenografía, diseñada para espantar la pereza en el hilo conductor de la historia. De la comunión con soportes multimedia que favorecen la apertura y renovación de los viejos conceptos teatrales. De la evolucionada psicología que identifica la risa con un fenómeno familiar, que contagia la edad infantil tanto como la adulta. Y de la experiencia ceñida a la pasión con la que se descifra el aspecto cómico de la vida. Sin duda resulta más fácil resumir Far West definiéndola como “una del oeste”, pero nos perderíamos todo aquello que hace del oeste un mero detalle argumental porque en todo lo demás está la riqueza de este espectáculo.


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