sábado, 29 de octubre de 2022

 


Desde la butaca

“Molly Bloom”

David Gómez Frías

 

Marco: Festival Internacional de Teatro de Cazorla. Ciclo: Sala. Fecha: 28 de octubre de 2022. Escenario: Teatro de La Merced. Obra: “Molly Bloom”. Reparto: Magüi Mira. Versión y Dirección: Marta Torres y Magüi Mira.   Producción: Mirandez Producciones y PENTACION.

 

No se hace necesario en estas líneas un resumen, una reseña siquiera, de la obra que acuna el monólogo versionado por Magüi Mira. James Joyce consiguió con su literatura alcanzar los umbrales del escritor virtuoso, difícilmente imitable e inalcanzable para el grueso lector de los mortales. Su obra “Ulises” encumbra el espacio tiempo de la novela junto al juego caprichoso del estilo narrativo. Un ejemplo de esta magnitud abandona las páginas de papel del último capítulo para tornar, para mudar su piel narrativa, en elemento teatral capaz de alimentar un monólogo inmortal en la esencia de Magüi Mira. Pudiera parecer un ejercicio sencillo pero, si no es fácil escribir sobre la base literaria de una novela todo el bullicio de una mente que recuerda momentos más o menos traumáticos o cotidianos de su vida, dándole no el sentido de una narración descriptiva, sino la viva realidad emocional del personaje, tampoco debe resultar un ejercicio cualquiera extraer el recuerdo de un ajeno que vive en líneas negras sobre fondo blanco, para convertirlo en alguien que te obliga a dejar de ser la persona que interpreta y se convierte en el personaje que vive. Aceptemos entonces el hecho de que Joyce no es masivamente leído por su complejidad literaria, aceptemos el hecho de que en las páginas de su “Ulises” se esconden personajes que pretenden contarnos su vida no desde el proceso narrativo del escritor sino desde su propia mente, aceptemos que Magüi Mira ha extraído uno de esos personajes, Molly Moon, para dar vida a su proceso de memoria vital. Es aquí donde radica la única esencia de este montaje sencillo, expuesto sobre el escenario de La Merced, como antes lo ha sido en otros muchos escenarios. Debemos comprender la complejidad literaria de James Joyce para dar valor al trabajo de Magüi Mira. A partir de ahí Magüi desaparece y toma vida una clara adaptación de Molly Bloom, Penélope actualizada y rebelde con su propio estado emocional, acogida al papel fundamental por el que se debe empoderar a la mujer. Molly Bloom puede vivir en la sumisión existencial obligatoria en la que la mantiene inmersa su propia realidad social, pero se reivindica en los episodios de su propia memoria. Pudiera parecer el reflejo de una mujer objeto, más bien debemos aceptarla como la intérprete callada de su propio modo de sentir, dejarse manipular y ser manipuladora de hombres y mujeres. Es Molly Bloom  quien utiliza el cuerpo y la voz de Magüi Mira para contarnos su propia realidad, para hacernos partícipes de aquello que en su memoria permanece recordándole su condición de mujer, con efectos marcados en su condición de amada y amante. Lo hace aprovechando especialmente la voz de Magüi, cálida y cubierta de matices que van de la pena con amargura a la risa que precisan los instantes concretos. Lo hace aprovechando el gesto adulto ya y especialmente cultivado de Magüi Mira. Digamos pues que sobre La Merced hemos vivido un instante de esos que reducen el tiempo y el espacio a la unión sin trauma del personaje con su intérprete: Molly Bloom en la piel y la voz necesaria de Magüi Mira, convertidas ambas en ese imán por el que el espectador no puede dejar de sentir, desde el silencio perturbador y oscuro de la butaca, el latido provocado del teatro.

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario