martes, 22 de noviembre de 2016

La puerta de al lado-Producciones Barco Pirata




Perfiles compatibles
David Gómez Frías

Marco: Festival Internacional de Teatro de Cazorla. Ciclo: Sala. Fecha: 18 de noviembre. Escenario: Teatro de La Merced. Obra: “La puerta de al lado”. Reparto: Silvia Marsó, Pablo Chiapella. Música en directo: Litus Adaptación y Dirección: Sergi Peris-Mencheta. Autor: Fabrice Roger-Lacan. Compañía: Producciones Barco Pirata.


La puerta de al lado es una obra del francés Fabrice Roger-Lacan, que expone la relación de vecinos entre un director de marketing y una psicóloga. Él vive inmerso en las relaciones sociales, trabaja para vender a la sociedad los productos de una conocida marca de yogures. Ella no tiene mayores relaciones más allá de las puramente profesionales con sus pacientes. El resultado cocinará a fuego tenso la falta o el exceso de compatibilidad entre los dos. Hasta este punto, La puerta de al lado no es distinta a cualquier obra teatral que se precie, buscando hasta lo irritante el enfrentamiento de sus protagonistas. Pero ¿qué hace distinta esta historia y dónde encuentra su fuerza? A primera vista, debemos comenzar elogiando el trabajo de adaptación y la dirección de Sergio Peris-Mencheta, quien ha dado a su trabajo un aire de frescura más allá de la actualidad que identifica al texto en sí. Propone, además, una solución escénica que refuerza su carácter de maestro en lo que hace, así como la virtud de visionario del conjunto de su trabajo. La solución técnica, escenografía e iluminación, con la que se definen los tres ambientes principales (casa de ella, casa de él y pasillo entre las dos) concede a este montaje una fuerza relevante y protagonista. Asimismo, el directo en la narración y en los detalles musicales, marcando a cada paso el tránsito entre cuadros, traza una línea de frescura que quiebra el peso enfrentado de los diálogos.
Pero el gran peso de todo montaje teatral debe ser puesto sobre los hombros del elenco que da vida a la palabra o al movimiento. En este sentido, apoyados en la fuerza de los diálogos de Roger-Lacan, en la trayectoria profesional de cada uno y en la dirección que sobre ellos ejerce Peris-Mencheta, los dos actores del reparto regalan un trabajo que alimenta la mejor exposición teatral. Él se auto considera un triunfador en todos los sentidos, también entre las mujeres, pero se ve ninguneado por los dardos afilados, que ella lanza desde la coraza contra superficiales triunfadores que se ha autoimpuesto. Ella cree conocer a los hombres más allá de la necesidad que su propia soledad y su carácter profesionalizado le marcan. Y estos dos personajes toman cuerpo en Pablo Chiapella y Silvia Marsó. A él se le reconoce perfeccionado en su trayectoria, pero crecido y algo distinto frente a lo que ha hecho hasta ahora: un actor enorme sin la comedia, pero cómodo en los diálogos que le llevan a su terreno. A ella se le ve frente a un personaje y un papel duro, fuerte y contenida, en un paso nuevo de confirmación de que su trabajo la sitúa entre las mejores actrices de nuestro panorama teatral actual. Llegados al final, La puerta de al lado puede ser una nueva historia que, por simplificar, lleva esto del amor, de la atracción, a un previsible final feliz, pero, al margen de lo esperado, esta obra, con esta dirección y estos actores, renueva en el público la inestable pasión por el teatro.   


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